30.11.09

Let it be


Esa necesidad de tus humedades en mi cuerpo, ese andar pegoteados entre besos y abrazos, como dos adolescentes encandilados por lo nuevo, este afán por descubrirte cada vez un poco más, por abrazarte y dormir así, con el cuerpo cansado y dolorido de tanto amarte.

Es la fiesta de mis sentidos y tu sentir, es la inmensidad hecha carne, así, tirada ante nuestros ojos, rendida a nuestros pies.

Es besarte fuerte, morderte, querer guardarme un pedacito de vos para siempre,y todo el resto para la eternidad. Es llenarte de mi mientras me lleno de vos y abrazarte con todas las fuerzas que quedan.

Te miro, te observo, te mido, te contemplo, te admiro, te aniquilo. Seguís ahí y yo de este lado y yo pienso en vos conmigo y en todas estas locuras de este amor desenamorado.

La atracción es fuerte, inconmensurable. Como los dos polos opuestos que terminan en un centro momentáneo, en un choque frontal, transformando la ocasión en derroches. Y espero el momento indicado, ese destino final que llega, sin siquiera esperarlo.

Te beso, te aprisiono entre mis labios. Ya no hay porqués que vengan a interrumpir mi sentir. Ya no hay culpas, se cayeron con la ropa.

Y me dejo llevar por tus manos y ellas por esta locura que lo invade todo, cada rincón de la casa. Y vamos rodando de acá para allá, transformando en arte la pasión, encajando como las dos piezas que nos cansamos de buscar para venir a encontrarlas así, entre tantos líquidos, semiahogadas.

Y el deseo contenido ve de cerca el momento de ser libre. Y yo te aprieto fuerte con los dedos, como queriendo abarcar con ellos este momento. Guardarlo en las yemas, en las palmas, en la ojos, en cada célula de mi cuerpo. Y volamos lejos. Para volver a nuestra calma momentánea. Me acurruco en tus huecos y descanso. O tan solo tomo fuerzas para volver a empezar.

30.9.09

Nena...

... que fueras la primera que supieras
qué frío puede hacer en primavera.

(Cuino Scornik, completa acá)

25.9.09

Mariposas

“Nadie me va a robar la sonrisa”, afirmás entre lágrimas. Yo te escucho a través de un teléfono que no acerca. Quiero creerte, sostenerte, abrazarte, contenerte. La maldita distancia de por medio. “Machacame, machacame”, me suplicás. Y yo descubro que no sirvo para psicóloga y me gana la bronca. Insulto de impotencia. Yo también le creí, yo tampoco pude advertirte.

Yo se, amiga, que con él se caen muchos sueños y proyectos que siempre fueron tuyos. Yo se que siempre quisiste y diste lo mejor. Yo se amiga… no, no me digas llorando que vos también sos buena. Ya lo se amiga.

Destejemos sus mentiras y seguimos incrédulas. Y a vos te duele el alma, el pie y los ojos de tanto llorar. Y a mi me duele que te duela.

Yo creo, insisto, sostengo e intento convencerte de que esta es una nueva oportunidad. Yo te digo que te crecen las alas y sos una hermosa mariposa. Te reís de las pavadas. Pero te veo asomándote, saliéndote de tu capullo. Yo te veo amiga; es solo un esfuerzo más.


P.D.: perdón por el título del tema, pero escuchalo, cantalo y lloralo.

17.8.09

Loreley

El otro día me acordé de Loreley. No se por qué pero ahí estaba ella, muy instalada en el centro de mi memoria. Loreley era de esas personas que uno observaba aunque no quisiera, encerraba para mí un misterio que me atraía. Era morocha, Loreley. Usaba dos trenzas que acentuaban su carácter infantil y contrastaban con su cuerpo de mujer fatal. Escribía mal Loreley. Y eso en el taller de periodismo se notaba. Pero hasta a la profesora parecía caerle bien Loreley y le perdonaba hasta los errores más groseros.

Loreley se sentaba cerca mío, creo porque le gustaba un amigo. Aunque él estaba demasiado ocupado con sus ideas revolucionarias como para fijarse en Loreley. La profesora también lo quería a mi amigo, aunque creo que no de la misma manera que a Loreley.

Un día ella vino con sus trenzas y su pulover hippie y contó que estaba embarazada. Ahí estaba Loreley contando cómo cambiaba su vida. Terminamos el taller y no la volví a ver. Hasta que el otro día me acordé de ella. Cosas que pasan, como Loreley.


27.7.09

Himno de mi corazón


Es la tristeza empujando fuerte las lágrimas hacia afuera.

Es la angustia aplastando las cuerdas vocales.

Los nudos bloqueando el estómago y un vacío hecho carne.

Las ganas de abrazarte y saberte lejos. Y un te quiero mucho que no alcanza.

Y cito y recito:

"Sobre la palma de mi lengua
vive el himno de mi corazón
siento la alianza mas perfecta
que injusticia a media vos
la vida es un libro útil
para aquel que puede comprender
tengo confianza en la balanza
que inclina mi parecer
Nadie quiere dormirse aquí
algo puedo hacer
tras haber cruzado la mar
te seduciré
por felicidad yo canto
Nada me abruma ni me impide
en este día que te quiera amor
naturalmente mi presente busca
flores es de a dos
nada hay que nada prohiba
ya te veo andar en Libertad
que no se rasgue como seda
el clima de tu corazón
Nadie quiere dormirse aquí
algo debo hacer
tras haber cruzado la mar
te seduciré
solo por amor lo canto"

21.7.09

Cortes



Es extraño como la falta de luz te hace ver las cosas tan claras; te enfrenta a tu desnudez. Es la oscuridad que me excede, el sonido del reloj marcando mi anclaje a este espacio y este tiempo, aunque mis pensamientos se vayan persiguiendo tu recuerdo.
Te pienso, re redescubro, te invento, te escamoteo. Y sí, te siento. Aún resuena tu respiración en mi nuca y oigo las distintas y las diferentes frases, los tonos, los colores.
Resurgen tus sabores en mi boca, tu piel entre mis dedos y tus labios en los míos.
Recuerdo que dijiste que te excitaba mucho, que me deseabas. Y coincidimos en la misma cama, aunque de coincidencia eso tuvo poco. Más tarde dijiste que te gustaba mucho, y éramos dos, y esta vez no hubo tiempo ni para buscar un colchón.
Pero un día te dije que te quería, y vos repetiste eso de la excitación, la calentura y el deseo. Y ese día sí hubo colchón, y besos salados, y caricias con sabor a poco y nada... más.

17.7.09

Bésame mucho

Dicen por ahí:

"Con la boquita que tenés en esa foto, besame todo lo que quieras"

10.7.09

De preguntas e incertezas

¿Qué extraña fuerza lleva a alguien a quien le acabo de contestar
"No me molestes más, no me interesa hablar con vos"
a contestarme, sin que le tiemble la voz,
"Te deseo, ¿podés entenderlo?"?

No. No puedo entenderlo. Por eso pregunto.

4.6.09

Tentaciones

Cosas raras pasan últimamente. Demasiadas y muy pocas. No hay tiempo para sentimentalismos pero sobran pasiones envolventes. Nadie lo dice pero se presiente en el aire: las cosas pasan de castañas a oscuras y no hay manera ni ganas de parar. Las necesidades se hacen evidentes, los miedos empiezan a verse opacados y la adrenalina es adictiva.

La historia se repite y el celular no se digna a sonar. Las ausencias se hacen evidentes, pero las presencias insostenibles. Y aquí hay barreras de hielo que no funcionan, palabras al viento, frases como puñales al corazón.

So blue, so nice.

20.5.09

Pánico escénico

A veces creo que el haberles creado un lugar solo para ellas es lo que las hizo asustarse.

Evidentemente así son mis musas.

19.4.09

Así

Los ecos del fin de semana diluyéndose en la rutina. El hartazgo. Las ganas de irme y no volver o de volver para no irme. Siempre depende desde donde lo mires. Yo hoy lo miro a través de un cristal que me acerca y me aleja; me distorsiona y termina por encandilarme. Así estoy, medio ciega, a tientas. Así. A secas.

31.3.09

De lágrimas y golondrinas

Te encontré llorando entre fotos y cartas. Te vi desarmándote por algo que no era lo que querías que fuera. Ya lo habíamos hablado tantas veces que no sabía qué ni cómo decirtelo. Entre lágrimas me contabas una y otra vez lo que ya sabía. Que él no te quería, que él te hacía mal, que vos te merecías otra cosa. Yo sabía cómo empezaba y cómo terminaba la historia. Pensaba en esa otra personita que te quería tanto y vos no registrabas. Pensaba en lo caprichoso que es el amor. Pensaba en esa canción y las golondrinas pero no era momento para decirte nada de lo que estaba pensando. Poco importaba aquel otro chico; mucho menos las metáforas y las aves. Preparé unos mates, me senté para hablarte, escucharte, entenderte y por qué no, callarme. Y pasaron las horas, varias pavas se enfriaron al mismo tiempo que tus broncas y decepciones. Y entonces no era que él no te quería, sino que te quería a su manera; no te hacía mal: era que vos eras complicada y siempre querías más; no merecías otra cosa, él era lo mejor que te podía pasar. Y otra vez a empezar. Y yo pensé en ese chico y en las golondrinas, y otra vez supe que no era el momento.


16.3.09

Me preguntan por ahí...

¿Te diste cuenta
que el corazón
está formado por
dos signos de interrogación?

11.3.09

Dejar de quererte

Una vez casi pierdo el control de este juego. Este juego que domino tan bien casi me gana. Casi me gana y me enamoro de vos sin querer. Sin querer, porque era lo que menos quería. Lo que menos quería, sí, pero estaba ahí, esperando el ascensor al lado tuyo. Al lado tuyo y a la vez tan lejos. Tan lejos como solo el desconocimiento nos posibilita estar, sin estar. Sin estar ahí, con la cabeza en cualquier parte, empecé a cantar esa canción. Esa canción... años sin escucharla y ahí estaba, justo en ese momento. En ese momento de silencio, de palabras que no salían porque se sabían sin sentido de antemano, justo ahí empecé a cantarla. Empecé a cantarla y preguntaste qué era; y te lo dije, y seguí cantando, deseando que ese ascensor viniera rápido e irme. Irme y no volver, y no sentir tu olor en mi cuerpo otra vez. Otra vez no, pero esta vez de verdad; no quería caer en tu cama otra vez; ya no más. Ya no más y me fui, y no volví. No volví a esas paredes llenas de humedad, a estos cuerpos que se deseaban sin amarse y evitaban amarse para no desearse más.

10.3.09

Me gusta...


… descubrirte cada mañana entre los pliegues de las sábanas. Saberte ahí y encontrarte.

Compartir las cosas pequeñas, las medianas, las importantes. Compartir, adueñarme, liberarte, hacerte reir y emocionarte hasta las lágrimas.

Verte feliz, orgulloso, capaz e importante.

Saberte necesario y saberme importante.

Gustarme cuando estoy con vos.

Y gustarte.

5.3.09

Despedida


El silencio era tan intenso que hasta podía oírse el resquebrajar de la relación. Era como ver la copa de cristal cayéndose sin que nuestros reflejos fueran tan rápidos como para evitarlo.
El ruido a roto de los proyectos compartidos inundó la habitación. De pronto ya no había más lugar para vos y yo, ya no entraba un “nosotros”. No hubo palabras entre tanto dolor, no se dignaron a salir. No hubo más que una distancia helada, una mueca de dolor, un “te quiero” sin sentido y un “me voy”, que se quedó conmigo, flotando entre los restos de este amor.

3.3.09

Triste

No hay nada para hacer.

Los días grises me ponen triste desde siempre.

Eso sumado a unas cuantas cosas que, por ahora, no puedo resolver.

Hoy estoy así.

Sepan disculpar.


27.2.09

Dicen por ahí...


a veces das miedo
pero del miedo copado
como una montaña rusa

24.2.09

Para quererla


No era cuestión de quererla a ella y nada más.


Para quererla había que desarrollar la paciencia, había que desarmarla capa tras capa, conocerla, disfrutarla, entenderla, discutirla, aborrecerla.


Había que entender sus complejos mecanismos y aceptarlos, o resignarse. Había que protegerla sin que ella se enterase, había que cuidarla aparentando desinterés.


Había que alejarse para que ella se acercara, había que dejarla ser sin límites. Había que esperar mucho sin esperar nada. Hasta que ella quisiera.


Pero cuando ella quería, cuando se llegaba al final de tamaño procedimiento, vaya si valía la pena.

22.2.09

He dicho

Algunas veces somos prácticas... Pero más veces somos, simplemente, jodidas.

Todo esto tiene un comienzo.

19.2.09

Cobarde


Él todavía no tenía rostro. No era más que un nombre, un tipo de fuente y un color. Y sin embargo, ya había roto mis estructuras. Ya no entraba en las noches de calor sofocante, ni en los planes de futuro, ni en la mesa para dos, ni en el sommier de dos plazas recién estrenado.
Era un espejismo en la cruda capital de enero. Era el oasis, el norte, el sur y todo. Era tanto y tan poco que un día decidí ponerle fin. Tomé las llaves, un par de libros, algo de plata, coraje y un taxi. No hubo amor a primera vista; no hubo amor. Hubo atracción, deseo contenido, deseo liberado, deseo reprimido. Hubo besos esperados y de los de sorpresa. Hubo chistes, juegos, preguntas, caricias, lecturas. Hubo más besos. Y más deseos.
No nos volvimos a ver por mucho tiempo. Hablábamos cada tanto para boicotearnos. Pasó el tiempo midiendo orgullos. A los dos nos unía el mismo temor: mi sommier recién estrenado, mi mesa para dos, mis planes de futuro. A mi me aterraba perderlos, a él que no me animara.
El segundo encuentro fue en un pequeño cuarto en el que los dos buscábamos imponer distancias. Se ve que no lo logramos: desperté tarde entre sus brazos. Me fui. Volví a la comodidad de los huecos conocidos de mi colchón, al olor a sahumerio de melón de mi habitación. A lo seguro, como me dijiste en ese mail.
Sí. Siempre fui así de mediocre.

17.2.09

En la próxima vida


En la próxima vida quisiera encontrarte y jugar a conocerte sin culpas. Quisiera acercarme y trabajar tanto en vos, como si fueras arcilla blanda bajo mis manos. Me gustaría lograr abrirte y examinarte como una compleja maquinaria que se descubre, por fin, ante mí.

Quitarte el manto de misterio con las manos, abrazarte los miedos, curarte las tristezas, besarte los defectos. Me gustaría quererte y darte la oportunidad de quererme. Me gustaría que la supieras aprovechar.

Jugar a enamorarnos, no sentirnos mal por pedir abrazos, que no nos abatan las causas perdidas. Tener tiempo para quererte, mucho.

Pediría que entre vos y yo no hubiera palabras dañinas. Que no existieran las idas y vueltas, que elijamos siempre caminar para el mismo lado. Quisiera que me vieras como soy, quisiera que me valoraras así. Que tus palabras fueran ciertas, que mis sentimientos, sinceros.

Quedarme horas abrazando tus dudas hasta disiparlas. Perderme en tu risa, y reencontrarnos en un beso. Tomarnos las manos y alejarnos.

Compartirnos, amarnos, elegirnos, aprovecharnos.

Deseos


Se calza sus botitas viejas y empieza a andar. El futuro tan lejano, el presente tan tan raro, el pasado pisado. Con esas mismas botitas.

Y llega a su puerta, se refleja en los vidrios sucios y trata de arreglarse el pelo. Las botas apretando, el corazón saliéndose del abrigo. Sus dedos temblorosos aprietan el timbre.

Piensa que en esos vidrios se ve sucia y piensa que no le gusta. Piensa. Sus botitas aprietan, el corazón parece querer salirse del abrigo.

Él ya está del otro lado del vidrio; él ya abre la puerta. Un paso. Dos. Ya está adentro.

Se saca las botitas, las deja al lado de la cama. Y se deja llevar. Su risa contagiosa, su mirada sincera, sus manos protectoras. Y ella con su boca ansiosa, con sus manos aún temblorosas, con sus ojos curiosos, lo observa, y lo quiere.

Los deseos se encuentran, se satisfacen y se terminan.

Se calza sus botitas y sale. A caminar la vida.

Momentos


Balancearme en tu balancear y perderme en tu mirada perdida en la nada. Refugiarme en ese punto límite en el que me gusta permanecer por unos momentos, y mirarte, absorto en tus propias sensaciones, en tu propio cuerpo.Divisar juntos el cielo que se ofrece ante nuestros ojos, ese que inventamos tú y yo en ese momento. Ese al que queremos alcanzar con las manos, pero en cámara lenta, disfrutando de ese camino.

Tus ojos brillan en la oscuridad hasta que se cierran queriendo atrapar con los párpados ese momento para siempre. El cielo se acerca mientras el mundo se aleja, en un torbellino de sensaciones e imágenes. Y después la calma, la que repasa lo sentido y anticipa lo por sentir.
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