21.7.09

Cortes



Es extraño como la falta de luz te hace ver las cosas tan claras; te enfrenta a tu desnudez. Es la oscuridad que me excede, el sonido del reloj marcando mi anclaje a este espacio y este tiempo, aunque mis pensamientos se vayan persiguiendo tu recuerdo.
Te pienso, re redescubro, te invento, te escamoteo. Y sí, te siento. Aún resuena tu respiración en mi nuca y oigo las distintas y las diferentes frases, los tonos, los colores.
Resurgen tus sabores en mi boca, tu piel entre mis dedos y tus labios en los míos.
Recuerdo que dijiste que te excitaba mucho, que me deseabas. Y coincidimos en la misma cama, aunque de coincidencia eso tuvo poco. Más tarde dijiste que te gustaba mucho, y éramos dos, y esta vez no hubo tiempo ni para buscar un colchón.
Pero un día te dije que te quería, y vos repetiste eso de la excitación, la calentura y el deseo. Y ese día sí hubo colchón, y besos salados, y caricias con sabor a poco y nada... más.

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