30.11.09

Let it be


Esa necesidad de tus humedades en mi cuerpo, ese andar pegoteados entre besos y abrazos, como dos adolescentes encandilados por lo nuevo, este afán por descubrirte cada vez un poco más, por abrazarte y dormir así, con el cuerpo cansado y dolorido de tanto amarte.

Es la fiesta de mis sentidos y tu sentir, es la inmensidad hecha carne, así, tirada ante nuestros ojos, rendida a nuestros pies.

Es besarte fuerte, morderte, querer guardarme un pedacito de vos para siempre,y todo el resto para la eternidad. Es llenarte de mi mientras me lleno de vos y abrazarte con todas las fuerzas que quedan.

Te miro, te observo, te mido, te contemplo, te admiro, te aniquilo. Seguís ahí y yo de este lado y yo pienso en vos conmigo y en todas estas locuras de este amor desenamorado.

La atracción es fuerte, inconmensurable. Como los dos polos opuestos que terminan en un centro momentáneo, en un choque frontal, transformando la ocasión en derroches. Y espero el momento indicado, ese destino final que llega, sin siquiera esperarlo.

Te beso, te aprisiono entre mis labios. Ya no hay porqués que vengan a interrumpir mi sentir. Ya no hay culpas, se cayeron con la ropa.

Y me dejo llevar por tus manos y ellas por esta locura que lo invade todo, cada rincón de la casa. Y vamos rodando de acá para allá, transformando en arte la pasión, encajando como las dos piezas que nos cansamos de buscar para venir a encontrarlas así, entre tantos líquidos, semiahogadas.

Y el deseo contenido ve de cerca el momento de ser libre. Y yo te aprieto fuerte con los dedos, como queriendo abarcar con ellos este momento. Guardarlo en las yemas, en las palmas, en la ojos, en cada célula de mi cuerpo. Y volamos lejos. Para volver a nuestra calma momentánea. Me acurruco en tus huecos y descanso. O tan solo tomo fuerzas para volver a empezar.

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