5.3.09

Despedida


El silencio era tan intenso que hasta podía oírse el resquebrajar de la relación. Era como ver la copa de cristal cayéndose sin que nuestros reflejos fueran tan rápidos como para evitarlo.
El ruido a roto de los proyectos compartidos inundó la habitación. De pronto ya no había más lugar para vos y yo, ya no entraba un “nosotros”. No hubo palabras entre tanto dolor, no se dignaron a salir. No hubo más que una distancia helada, una mueca de dolor, un “te quiero” sin sentido y un “me voy”, que se quedó conmigo, flotando entre los restos de este amor.

2 comentarios:

Bob Navarro dijo...

Lindo lindo lindo !!, Pedacitos.
Creo que nunca se tiene los reflejos tan avispados como para evitar que la copa caiga y se haga añicos. Por eso cuando pasa nos embelesamos

Anónimo dijo...

"Era como ver la copa de cristal cayéndose sin que nuestros reflejos fueran tan rápidos como para evitarlo" Me encanta todo el texto, pero esa frase explica con tanta claridad lo que no se puede explicar... Verdadera poesía embebida de sentimientos.

Add to Technorati Favorites Delicious Bookmark this on Delicious