31.3.09

De lágrimas y golondrinas

Te encontré llorando entre fotos y cartas. Te vi desarmándote por algo que no era lo que querías que fuera. Ya lo habíamos hablado tantas veces que no sabía qué ni cómo decirtelo. Entre lágrimas me contabas una y otra vez lo que ya sabía. Que él no te quería, que él te hacía mal, que vos te merecías otra cosa. Yo sabía cómo empezaba y cómo terminaba la historia. Pensaba en esa otra personita que te quería tanto y vos no registrabas. Pensaba en lo caprichoso que es el amor. Pensaba en esa canción y las golondrinas pero no era momento para decirte nada de lo que estaba pensando. Poco importaba aquel otro chico; mucho menos las metáforas y las aves. Preparé unos mates, me senté para hablarte, escucharte, entenderte y por qué no, callarme. Y pasaron las horas, varias pavas se enfriaron al mismo tiempo que tus broncas y decepciones. Y entonces no era que él no te quería, sino que te quería a su manera; no te hacía mal: era que vos eras complicada y siempre querías más; no merecías otra cosa, él era lo mejor que te podía pasar. Y otra vez a empezar. Y yo pensé en ese chico y en las golondrinas, y otra vez supe que no era el momento.


16.3.09

Me preguntan por ahí...

¿Te diste cuenta
que el corazón
está formado por
dos signos de interrogación?

11.3.09

Dejar de quererte

Una vez casi pierdo el control de este juego. Este juego que domino tan bien casi me gana. Casi me gana y me enamoro de vos sin querer. Sin querer, porque era lo que menos quería. Lo que menos quería, sí, pero estaba ahí, esperando el ascensor al lado tuyo. Al lado tuyo y a la vez tan lejos. Tan lejos como solo el desconocimiento nos posibilita estar, sin estar. Sin estar ahí, con la cabeza en cualquier parte, empecé a cantar esa canción. Esa canción... años sin escucharla y ahí estaba, justo en ese momento. En ese momento de silencio, de palabras que no salían porque se sabían sin sentido de antemano, justo ahí empecé a cantarla. Empecé a cantarla y preguntaste qué era; y te lo dije, y seguí cantando, deseando que ese ascensor viniera rápido e irme. Irme y no volver, y no sentir tu olor en mi cuerpo otra vez. Otra vez no, pero esta vez de verdad; no quería caer en tu cama otra vez; ya no más. Ya no más y me fui, y no volví. No volví a esas paredes llenas de humedad, a estos cuerpos que se deseaban sin amarse y evitaban amarse para no desearse más.

10.3.09

Me gusta...


… descubrirte cada mañana entre los pliegues de las sábanas. Saberte ahí y encontrarte.

Compartir las cosas pequeñas, las medianas, las importantes. Compartir, adueñarme, liberarte, hacerte reir y emocionarte hasta las lágrimas.

Verte feliz, orgulloso, capaz e importante.

Saberte necesario y saberme importante.

Gustarme cuando estoy con vos.

Y gustarte.

5.3.09

Despedida


El silencio era tan intenso que hasta podía oírse el resquebrajar de la relación. Era como ver la copa de cristal cayéndose sin que nuestros reflejos fueran tan rápidos como para evitarlo.
El ruido a roto de los proyectos compartidos inundó la habitación. De pronto ya no había más lugar para vos y yo, ya no entraba un “nosotros”. No hubo palabras entre tanto dolor, no se dignaron a salir. No hubo más que una distancia helada, una mueca de dolor, un “te quiero” sin sentido y un “me voy”, que se quedó conmigo, flotando entre los restos de este amor.

3.3.09

Triste

No hay nada para hacer.

Los días grises me ponen triste desde siempre.

Eso sumado a unas cuantas cosas que, por ahora, no puedo resolver.

Hoy estoy así.

Sepan disculpar.


Add to Technorati Favorites Delicious Bookmark this on Delicious