11.3.09

Dejar de quererte

Una vez casi pierdo el control de este juego. Este juego que domino tan bien casi me gana. Casi me gana y me enamoro de vos sin querer. Sin querer, porque era lo que menos quería. Lo que menos quería, sí, pero estaba ahí, esperando el ascensor al lado tuyo. Al lado tuyo y a la vez tan lejos. Tan lejos como solo el desconocimiento nos posibilita estar, sin estar. Sin estar ahí, con la cabeza en cualquier parte, empecé a cantar esa canción. Esa canción... años sin escucharla y ahí estaba, justo en ese momento. En ese momento de silencio, de palabras que no salían porque se sabían sin sentido de antemano, justo ahí empecé a cantarla. Empecé a cantarla y preguntaste qué era; y te lo dije, y seguí cantando, deseando que ese ascensor viniera rápido e irme. Irme y no volver, y no sentir tu olor en mi cuerpo otra vez. Otra vez no, pero esta vez de verdad; no quería caer en tu cama otra vez; ya no más. Ya no más y me fui, y no volví. No volví a esas paredes llenas de humedad, a estos cuerpos que se deseaban sin amarse y evitaban amarse para no desearse más.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Felicitaciones por el recurso literario de la repetición!

Add to Technorati Favorites Delicious Bookmark this on Delicious